sábado, 19 de junio de 2010

Gerd Müller, Insaciable del Gol

Por una petición personal de alguien muy cercano, el protagonista de la presente entrada es un futbolista que marcó con su juego y sus goles parte de la historia del fútbol internacional y alemán en particular. El aludido no es otro que Gerd Müller, conocido como Torpedo o como El Bombardero.

Nació en Nördlingen, Alemania, el 3 de noviembre de 1945. Su primer club fue el TSV 1861 Nördlingen y en él en una sola temporada alcanzaría la espectacular cifra de 46 goles. Tenía tan sólo 15 años y comenzaba a destacar ya sobremanera en su faceta de goleador.

En 1964 ficha por el Bayern de Múnich. Con sus escasos 19 años sus inicios en el club bávaro no fueron nada fáciles. El entrenador del equipo muniqués, el yugoslavo Cajkovski, que no comparte con el club el fichaje de Müller, arremete contra el jugador criticando su físico, con demasiados kilos según el técnico. Pero Gerd sólo respondía en el campo y en el área. Máximo goleador de Liga en Alemania en 1967, con 28 goles, 1969, con 30, 1970, con 38 -consiguiendo su primera Bota de Oro europea-, 1972, con 40 -volviendo a ser el máximo goleador europeo-, 1973, con 36, 1974, con 30 y 1978, con 24. Líder absoluto de goles de la Bundesliga y del Bayern de Múnich. Además de ser el máximo goleador en el Mundial de México'70 con 10 tantos y con 14 el segundo en la lista mundialista de todos los tiempos. Máximo realizador también de la selección alemana -la actual Alemania unificada heredó los antecedentes estadísticos de la antigua República Federal de Alemania en la que jugó Müller- con 68 dianas. No parece que el juicio de su antiguo entrenador fuera muy acertado.

No tenía una gran técnica ni gran habilidad con el balón. No era un virtuoso, ni mucho menos, pero Gerd Müller metía goles en cualquier posición imaginable. Con la cabeza -fue uno de los mejores rematadores que se recuerdan. Su poderoso tren inferior le permitía elevarse para conectar el remate aereo- o con el pie fue un rematador de primera fila. Un instinto para la suerte suprema del fútbol que pocos jugadores han tenido. Su efectividad fue colosal.



Campéon del Mundo en 1974, en su propio país. De Europa de selecciones en 1972. Cuatro veces campeón de la Bundesliga, otra cuatro de la Copa de Alemania. En tres ocasiones consecutivas campéon de Europa de clubes, campéon de la Recopa del 67. Ayudó a construir el mejor Bayern Múnich de siempre. Acabaría su carrera en Estados Unidos, enrolado en el Fort Lauderdale Strikers.

Por una petición personal, como ya hemos dicho, dedico hoy aquí este merecido homenaje al que fuera fantástico goleador.