El mejor en el juego de tacón |
Ya tengo acostumbrados a los lectores de este blog -sean muchos o pocos- a que con cada fallecimiento de un jugador, entrenador o personaje del mundo del fútbol en general tenga a bien glosar su óbito. Aunque es cierto que no siempre ha sido así y en algunos casos noticias de otra índole -bien de actualidad o bien simplemente de mayor relieve- han ocupado mi comentario en el blog.
En este caso no podía faltar a la cita y más aún estando la noticia de la desaparición del personaje que nos ocupa aún caliente. Me refiero a la de Sócrates, el fantástico jugador brasileño que formara parte de aquel equipo que disputó el mundial de fútbol de España en 1982. Uno de los mejores equipos que ha tenido Brasil en toda su historia.
Sócrates y Brasil'82 |
Junto a Zico, Eder, Falçao, Toninho Cerezo, Junior y compañía alimentó los sueños de muchos aficionados al mundo del fútbol. Su derrota ante Italia en la segunda ronda del torneo fue una de las más decepcionantes de la historia de los campeonatos del mundo. Cuatro años después disputaría el Mundial de México -segundo que los aztecas organizaban- donde el jugador se mostraba arropado por compañeros menos geniales que en la cita anterior.
Fue Sócrates un futbolista exquisito. Con metro noventa de estatura y sólo un número treinta y siete de calzado se convirtió en un virtuoso del juego de tacón, gracias en parte a una malformación que tenía en la zona del talón, hasta el punto de ser considerado el mejor de la historia en este aspecto. Elegante ejecutor del fútbol de un Brasil que encandiló a toda una generación.
Representante de una filosofía del juego basada precisamente y aunque pudiera parecer una redundancia en jugar. Jugar al fútbol. Y divertirse haciéndolo, claro.
Sus mejores años en su país los pasó en el Corinthians. Llegando a probar suerte después en el Calcio italiano en el conjunto de la Fiorentina.