lunes, 9 de abril de 2012

Zárraga

A hombros con la Intercontinental
Poco ha sobrevivido Jose María Zárraga a su compañero del Real Madrid Marquitos. Al cántabro, fallecido hace poco más de un mes, le ha seguido el vizcaíno, con quien compartió vestuario durante muchas temporadas. Es ley de vida que vayan desapareciendo poco a poco grandes nombres del fútbol español -y mundial- de épocas pretéritas.

Fue Zárraga, junto a Gento y DiStéfano, el único jugador que jugó con el Madrid las cinco finales de Copa de Europa disputadas por dicho equipo en la década de los cincuenta -de 1956 a 1960 inclusive- y que la entidad que presidía Santiago Bernabeu contó por victorias. Marquitos estuvo en aquel equipo que ganó las cinco primeras ediciones de la vieja competición pero no disputó la tercera -1958- que se disputó en Heysel, Bruselas.

Procendente del fútbol vizcaíno llegó al Real Madrid en 1949 que lo bajó al entonces filial, el Plus Ultra. Dos años después -en 1951- subió definitivamente al primer equipo donde estaría hasta 1962. Campeón de Liga en seis ocasiones, una de Copa y otra de la Copa Intercontinental, formó con Miguel Muñoz un tándem histórico en la línea media.

Jugador de trabajo ímprobo en el campo. Obscuro de cara a la galería pero siempre reconocido por la afición -le llamaba cariñosamente Zarraguita-, su aportación era fundamental para un equipo tan atacante como el blanco.

Ocho veces internacional con la selección absoluta de España, no lo fue más debido al enorme potencial que por aquel entonces presentaba el fútbol español.

lunes, 2 de abril de 2012

El Mejor Lanzador de Córners

La leyenda del saque de esquina
Hay personas que me comentan que son seguidores de este blog. Me dicen que no escriben en él, que no comentan, por diferentes motivos. Pero que sí lo siguen. Que lo leen y les gustan los contenidos que en él se vierten. Es algo que me agrada lógicamente. Pero sí que es cierto que si no se comenta al hilo de la entrada de turno no es posible rebatir los contenidos antes mencionados. He de suponer por tanto que dichos seguidores están satisfechos con lo por mí expuesto.

Me basta, no obstante, con que ese puñado de lectores encuentren el blog informativo y entretenido. E instructivo si es posible. Intento contrastar todas la información en él expuesta aportando a la misma mi intransferible opinión personal.

No obstante, recientemente, uno de esos seguidores, no especialmente aficionado al fútbol, pero sí hombre inquieto y curioso en general, me preguntaba, en un cercano encuentro personal, acerca del mejor lanzador de córners de siempre. Es decir, del futbolista que mejor había efectuado los saques de esquina en la historia del fútbol.

Bucear en la historia del fútbol en busca del mejor lanzador desde la esquina es tarea ardua y complicada. Máxime teniendo en cuenta que los criterios son absolutamente subjetivos. A parte de la imposibilidad de haberlos visto a todos.

Porque un saque de esquina no es un lanzamiento de máximo castigo desde once metros que suele acabar en la red. Ni un golpeo con barrera desde las inmediaciones del área que genera la mayoría de las veces una ocasión de peligro cuando no acaba en las mallas. Se trata por tanto de buscar al jugador que mejor centra -normalmente al área aunque en ocasiones se haga bastante abierto fuera de la misma- con el balón parado desde la zona indicada para ello. Desde la zona confluencia de las líneas de banda y fondo que señala uno de los límites del campo.

Rara vez un saque de esquina se convierte en gol pero si al golpear el balón, buscando al compañero mejor situado, éste se acerca a los palos que conforman la portería, además de una posición franca de remate, tendremos un posible gol directo.

De todos los especialistas que ha habido y pueda haber me voy a quedar con Emilín, el sensacional extremo izquierdo del Oviedo de antes de la guerra -me refiero a la guerra civil, claro está-. El fabuloso extremo sacaba los córners dándole una rosca muy especial con la que conseguía colocar el balón dentro de la portería rival en no pocas ocasiones. En las ocasiones en que esto no sucedía allí estaba su compañero Isidro Lángara para encargarse de rematarlos a la red.

La rosca consiste en hacer que el balón vaya rotando en el aire y tome efecto hacia el interior, por tanto conseguir que el balón vaya directo hacia la portería, que se encuentra en línea con el córner, y entre dentro de la misma.

Esta acción -la de marcar un gol desde la mismísima esquina- fue conocida como Gol Olímpico y según cuenta la historia el primero que marcó uno así fue el argentino Césareo Onzari. Fue en un encuentro ante Uruguay -que era el campeón olimpíco en vigencia y de ahí el nombre que recibe dicha acción- en 1924. Tan sólo unos meses antes permitió el reglamento por vez primera lanzar directamente a puerta desde la esquina.

No sé si Emilín fue el mejor o no en este apartado pero, desde luego, sí fue una leyenda de los saques de esquina. Un futbolista representativo de lo que aquí se plantea. Ya hablo más arriba de la dificultad de encontrar a uno sobresaliendo entre los demás.

Espero que lo aquí expuesto sea del agrado del mencionado seguidor -y amigo mío- y que su inquietud y curiosidad haya quedado satisfecha al menos en la medida de lo posible. Después de varios años sin encontrarnos tenía que responder a su pregunta.